UNA CELEBRACIÓN DULCE, UN RECUERDO ETERNO
Hay sesiones que tienen un sabor especial… y no solo por la tarta.
Este pequeñín vino al estudio para celebrar su primer añito, y desde el primer segundo su sonrisa iluminó cada rincón. Rubito, travieso y con esos ojitos que te miran directo al corazón, protagonizó una de esas sesiones que te dejan con la piel de gallina (y la cámara llena de momentos irrepetibles).
Conozco a su familia desde hace tiempo, cuando su hermana mayor estaba aún en la barriga de mamá. He tenido el privilegio de acompañarles en muchos capítulos importantes: su embarazo, su nacimiento, sus primeras fotos juntos... y ahora, celebramos el primer año de este nuevo amor que llegó para completar su historia.
Su sesión Smash Cake fué una fiesta en miniatura: un escenario tierno, una tarta deliciosa (¡antes de ser aplastada!), y muchas carcajadas mientras las manos, los pies y hasta la nariz se llenaban de crema y felicidad.
Lo más bonito de estas sesiones es que no solo se trata de fotos: se trata de congelar ese instante mágico en el que tu bebé deja de ser tan bebé y empieza a mostrar su personalidad, su fuerza, su risa única. Y hacerlo de una forma divertida, sin poses, sin prisas, solo dejando que la magia ocurra.
Gracias familia por confiar en mí una vez más. Vuestra historia me emociona y me inspira a seguir creando recuerdos reales y con alma.








¿Tu peque está a punto de cumplir su primer año?
Te invito a vivir esta experiencia tan divertida y emotiva. La risa, los gestos, los besos llenos de azúcar...todo queda guardado para siempre.